Permite la mejora y movilización de los ingresos no petroleros con el objetivo de evitar, en la medida de lo posible, la dependencia de los recursos derivados del petróleo, en un contexto actual de volatilidad que se traduce en variaciones bruscas y prolongadas relacionadas con este recurso.
Contribuye al refuerzo de la eficiencia del gasto público, apoyándose en las capacidades del Estado en cuanto a los criterios de transparencia, control y responsabilidad, así como en la optimización de la gestión de la economía.
Garantizará la puesta en marcha efectiva del Proyecto de Apoyo a la Modernización de las Finanzas Públicas, dentro de una política basada en un crecimiento constante y continuado.